9.1.10

Los Sandros

Escuché a Sandro intensivamente en un viaje en auto a San Bernardo. Fueron dieciocho horas y había cinco casettes, cuatro eran del gitano. Me acuerdo de dame fuego sobre todo, las otras eran de la veta romántica. Mi viejo me contó años después que su idolatría se había gestado en los carnavales de Rosario Central, donde contrataban a Sandro todas las veces que él accedía. Si bien el principal motivo era económico ya que la organización se aseguraba lleno total, había un trasfondo cachondo en la gestión. Era normal que durante los recitales del recién difunto llovieran, junto a las rosas de rigor, bombachas coléricas de mujeres y adolescentes desestribadas. El carnaval se convertía en un evento dionisíaco donde, una vez retomado el escenario por las orquestas de cumbia, las sandromaníacas quedaban dispuestas a cualquier galan. Llevar a Sandro era encamada segura.

Revolviendo en youtube encontré dos videos de los otros sandros. El primero es el Sandro de Los de Fuego, rockero, presleymorfo, rebelde. El segundo un Sandro corriendo un riesgo innecesario para su carrera intentando cuadrar en el heavy metal junto a Riff, una joya bizarra.

Disfruten




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