11.11.09

El Ex Lector

1.
No sé por qué he dejado de leer, pero puedo suponerlo. Lo intuyo. He desarrollado una condición de conciencia de la inconciencia, sé cuando está ocurriendo, sé cuando mi voluntad está siendo timoneada (timonada?) (limonada?) por lo subliminal (de sublime?). Y eso está conectado de una manera extraña con haber dejado de leer, que es un fantasma sanguinario.

2.
Colecciono e-books. Antes compraba libros que se quedaban meses en cajas, ahora busco pdfs en los ftp y los ordeno en carpetas por género o país. Supongo que cuando compre la impresora me voy a armar una biblioteca autoeditada. Pero aún no he comprado la impresora, y trabajo vendiendo impresoras.

3.
Abro poesía y me aburro. Abro narrativa y me aburro menos. La literatura es tan aburrida cuando los días vividos son intensos, son taquicardias arritmias son espeluznamientos. Las biografías me están gustando, el repaso de los días muertos de un ser sangrante.

4.
No leo porque no escribo no escribo porque no leo. La gallina se autoengendra, es huevogallina, huevo con plumas, ave con exoplacenta. Los malos escritores usan neologismos. Los surrealistas, los patafísicos, burroughs, sbarra, laiseca, leary.

5.
El sueño como frase tiene condensada la ambigüedad cínica de nuestro lenguaj. Por un lado el propósito evanescente de la vida. Por otro el vencimiento del cuerpo al universo, el descanso de uno mismo, la cabeza en la almohada. Y por otro transversal las pinturas perversas de nuestra imaginación.
Cuánto sueño, cuánta máquina quemada en 10 horas, cuánto cansancio. A las 11 bostezar.
How do i sleep?


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