12.10.11

POSTALES (BUZIANAS) . Cuando veo a un turista argentino, rajo.





1-Una gorda argentina se levanta a las 9. Tiene una pulserita verde en la mano derecha, lo que le da derecho a desayuno y cena en la posada. Se pone la bikini, despierta a las niñas y al pelado. Se pone una remera verde y para taparse el culo elige lo que ella cree que es un pareo, lo compró a 20 reales en el terminal de Río. Baja al restaurant, la bandera con la leyenda Ordem y Progresso genera alergias mentales en el personal de la posada, pero no pueden decir nada, son esclavos modernos, amordazados por las buenas prácticas laborales.


2-Una mina de unos cincuenta y cinco años entra al restaurant con bikini rosa y un pareo florido a la cintura. Debe haber sido guapa de pendeja, pero hoy su carne blanca está flácida y suelta. Dejo el desayuno de lado.

3- Una pendeja oriunda de Buenos Aires mira el plato de la señora flácida y grita: mamá, esa señora se llevó todo el fiambre. Aplaudo cerebralmente su honestidad. La señora, sin embargo, no se inmuta, ni siquiera atina a comenzar a comer la bestialidad de queso y jamón que se ha servido. Después me doy cuenta que la señora está asegurando su almuerzo con el servicio buffet del desayuno. La avivada argentina, producto de exportación nacional.


No hay comentarios: