30.9.08

Libros

Hoy me estoy acordando recurrentemente de dos fragmentos leídos en tiempos distintos. Uno es de Bolaño y me recuerda a mi casa actual, a la última mudanza, tanto así que me prometí ponerlo en un cuadro ondero y colgarlo en alguna de las paredes aun desérticas (suelo no cumplir estas autopromesas). Dice Bolaño en la pàgina 153 de Entre paréntesis:

"Solo los grandes desafíos pueden compensar el esfuerzo de embalar y trasladar toda una biblioteca"

El otro fragente es de Fresán, y está en el libro Mantra, que estoy releyendo con cierta desgano porque lo encuentro medio tonto a propósito, aunque hay algo que quiero robar, la estructura tal vez. Dice Fresán en la pág. 31:

"Con el correr de los años, el lector deja de identificarse con los héroes de la ficción para identificarse con la realidad del escritor. El cómo se cuenta una historia acaba imponiéndose por encima de ls historia misma. No estoy seguro, entonces, de que los lectores evolucionen. Pienso que, tal vez, acaban perdiendo algo por el camino, lo más importante: la posibilidad de ser uno con el héroe, de combatir y vencer a su lado."

Después, en el mismo Mantra, Bolaño aparece veladamente como tutor del joven Martin, personaje Leit-Motiv del libro, quien no recuerda si el nombre del tutor era Roberto o Arturo (referencia a Belano, protagonista de los Detectives Salvajes); quien recita dos poemas. Uno de ellos dice:

En la sala de lecturas del infierno
En el club de los aficionados a la ciencia-ficción
En los patios escarchados
En los dormitorios de tránsito
En los caminos de hielo
Cuando ya todo parce más claro
Y cada instante es mejor y menos importante
Con un cigarrilo en la boca y con miedo
A veces los ojos verdes
Y veintiséis años
Un servidor.

¿El poema será verdaderamente de Bolaño? Prefiero imaginar que es un poema de servilleta, escrito velozmente en una noche de conversa entre los autores. No cierra, empieza poema y termina presentación. Cada instante es mejor y menos importante, con esa línea el poema se gana un pedazo de disco duro en mi cerebro frágil.

Pero me he extendido, la excusa de este post era haber encontrado a Bolaño en Mantra y festejarlo como un adolescente lo hace con un truco de la play (acabo de sentirme viejo).

Me gustan los guiños, las pelusas en las bibliotecas metafóricas, la anécdota intrascendente, las conversaciones robadas. No hay como escribir en las salas de espera.

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